Miel cruda de zarzamora

Precio de oferta: 2,40 € Precio original: 12,00 €
Agotado

500 g

Procedente de los rincones más frescos y umbríos de la finca Los Álamos, esta miel nace del trabajo paciente de las abejas sobre las flores de zarzamora silvestre. Su cosecha es limitada, ya que depende de floraciones irregulares y breves, propias de los márgenes y arroyos donde la humedad permanece incluso en los meses más secos.

El resultado es una miel de tono ámbar oscuro, con reflejos violáceos y una textura densa y persistente. En boca ofrece un equilibrio singular entre dulzor y matices de frutos del bosque, con un final ligeramente ácido que la hace inconfundible.

Su carácter cambia con cada temporada, reflejando la variabilidad natural del paisaje y la pureza del entorno donde se produce. Por eso, cada tarro conserva algo irrepetible: el sabor de un momento y de un lugar concreto dentro de Los Álamos.

Esta miel representa la esencia del proyecto. Es el fruto más directo del equilibrio entre naturaleza y manejo respetuoso, símbolo del trabajo que se realiza en la finca y de la filosofía que la guía: intervenir lo justo, escuchar el entorno y dejar que la vida encuentre su ritmo.

Cada cosecha se obtiene en pequeñas cantidades, con un proceso de extracción en frío que preserva intactas sus propiedades naturales y su aroma profundo. Su escasez no se busca, simplemente ocurre: es consecuencia de la fidelidad a un modo de hacer que prioriza la calidad sobre el volumen, el respeto sobre la prisa.

En Los Álamos, la miel de zarzamora no se produce para el mercado; se comparte con quienes saben reconocer la diferencia entre un producto elaborado y un producto nacido del territorio. Por eso se ha convertido en el emblema de la finca, el punto donde confluyen la dedicación, el paisaje y el tiempo.

500 g

Procedente de los rincones más frescos y umbríos de la finca Los Álamos, esta miel nace del trabajo paciente de las abejas sobre las flores de zarzamora silvestre. Su cosecha es limitada, ya que depende de floraciones irregulares y breves, propias de los márgenes y arroyos donde la humedad permanece incluso en los meses más secos.

El resultado es una miel de tono ámbar oscuro, con reflejos violáceos y una textura densa y persistente. En boca ofrece un equilibrio singular entre dulzor y matices de frutos del bosque, con un final ligeramente ácido que la hace inconfundible.

Su carácter cambia con cada temporada, reflejando la variabilidad natural del paisaje y la pureza del entorno donde se produce. Por eso, cada tarro conserva algo irrepetible: el sabor de un momento y de un lugar concreto dentro de Los Álamos.

Esta miel representa la esencia del proyecto. Es el fruto más directo del equilibrio entre naturaleza y manejo respetuoso, símbolo del trabajo que se realiza en la finca y de la filosofía que la guía: intervenir lo justo, escuchar el entorno y dejar que la vida encuentre su ritmo.

Cada cosecha se obtiene en pequeñas cantidades, con un proceso de extracción en frío que preserva intactas sus propiedades naturales y su aroma profundo. Su escasez no se busca, simplemente ocurre: es consecuencia de la fidelidad a un modo de hacer que prioriza la calidad sobre el volumen, el respeto sobre la prisa.

En Los Álamos, la miel de zarzamora no se produce para el mercado; se comparte con quienes saben reconocer la diferencia entre un producto elaborado y un producto nacido del territorio. Por eso se ha convertido en el emblema de la finca, el punto donde confluyen la dedicación, el paisaje y el tiempo.